No se le escapa a nadie que la pandemia de la covid-19 ha afectado a múltiples sectores, especialmente el HORECA y Turismo, pero el sector Comercio ha sido también uno de los más afectados (cierres, caída de la facturación y ERTES); más de 20.000 millones de pérdida de facturación y 50.000 empleos destruidos desde el inicio de la pandemia, más otros 100.000 empleados en ERTE.
Para hacer frente a este desastre, el sector ha ido adaptándose a la nueva situación con diferentes medidas que garantizasen la seguridad en el interior de las tiendas e impulsando la digitalización para adaptarse a los nuevos hábitos de consumo ya que los clientes ya no van a renunciar a las compras online aunque sigan visitando las tiendas físicas.
Es verdad que el comercio de proximidad llevaba tiempo trabajando en su digitalización pero 2020 ha supuesto un revulsivo para acelerar esta transformación ya que según CEC (Confederación Española de Comercio) el 64% de los consumidores compra más online ahora que antes de la pandemia. Es por ello que el sector debe seguir haciendo esfuerzos y avanzar en la omnicanalidad y que el canal offline y online sean complementarios.
Hay que hacer hincapié en la necesidad de que este proceso de digitalización debe ser llevado a cabo poniendo el foco en la personalización para que la experiencia de compra del cliente sea del todo satisfactoria; y esto se consigue analizando el perfil de nuestros consumidores y hábitos de compra para poder predecir sus gustos y ofrecerles una experiencia personalizada.
Queda claro pues, que la digitalización del sector Comercio es imprescindible para su reactivación y satisfacer a un cliente cada vez más digitalizado, pero debe contar con el apoyo del Gobierno en ayudas directas que no supongan un mayor endeudamiento, cumplir los planes de vacunación, recuperar la movilidad interna en verano y recuperar un alto porcentaje del turismo internacional.